- Área: 1948 m²
- Año: 2006
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Fotografías:Jesús Granada, Pedro Pegenaute
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El emplazamiento del edificio tiene un valor especial basado en la relación entre la ciudad construida y las riberas urbanas del río Ebro, recuperadas con motivo de la Expo 2008, configurando un parque lineal que acompaña el paso del río por Zaragoza. Situado en el centro de la ciudad, junto al Puente de la Almozara, el solar presentaba un acusado desnivel topográfico, de unos cinco metros, entre el paseo y la plaza, en el nivel superior, y el parque de riberas del río Ebro. El proyecto se basa en dos ideas fundamentales: la primera nace de la respuesta a esta especial significación urbana y paisajística del lugar, mediante una configuración y definición formal del edificio que propone una intensa relación con el paisaje; la segunda trata de expresar la relación intrínseca entre el compromiso medioambiental del proyecto y su materialidad y el programa del edificio, que alberga la Sección de Montes y Áreas Naturales del Servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza.
La relación con los espacios urbanos colindantes y las características topográficas del solar se convierten en condiciones activas de la implantación del edificio, haciendo coincidir los niveles de las diferentes plantas y accesos con los ya existentes. Estas relaciones se aprecian con claridad en la sección del proyecto, que también pone de manifiesto la prolongación del espacio público del acceso, a través de la cubierta, y la configuración del edificio como plataforma-mirador hacia el río Ebro. El contraste entre el basamento macizo de la plataforma, en continuidad con los muros de la subestación eléctrica preexistente, y la ligereza del pabellón de vidrio y madera apoyado sobre este nivel, constituye una de las características formales del proyecto, que responde también a la organización funcional de los diferentes usos.
Dado el desnivel de la parcela, el acceso principal al edificio se encuentra situado en el nivel superior definido por el paseo y la plaza sobre la subestación eléctrica. En esta planta, de uso público, se ubican los espacios administrativos y el aula medioambiental. El vestíbulo principal une y separa ambos espacios, permitiendo su uso independiente. La configuración en vuelo del aula, tanto en el plano del suelo como en el techo, permite incorporar al carácter de este espacio una visión panorámica continua de 180º, con una cierta sensación flotante sobre el parque. La entreplanta situada sobre el vestíbulo alberga despachos de apoyo al uso del aula para reuniones y conferencias. Bajo el nivel de acceso, en el zócalo, se localizan las dependencias de acceso restringido de la Unidad de Montes y Áreas Naturales: garaje, vestuarios, cuartos de guardas, almacenes e instalaciones. Esta planta inferior cuenta con acceso peatonal y rodado desde el Parque de Riberas.
Dentro de la concepción paisajística del edificio, la cubierta resulta ser un elemento fundamental y la imagen principal del edificio desde los edificios de viviendas del frente urbano hacia el parque. Como prolongación del espacio público exterior y con acceso desde el vestíbulo, la cubierta se configura como un mirador en diferentes niveles, relacionados a través de planos inclinados de suave pendiente y un graderío aterrazado, previsto como anfiteatro al aire libre para posibles usos lúdicos. Por otra parte, la demanda programática de un cierto carácter pedagógico en el compromiso medioambiental del proyecto, presente en la elección de materiales y soluciones constructivas y energéticas, tiene una manifestación visible en la cubierta, mediante cubiertas ecológicas y ajardinadas, placas solares y placas fotovoltaicas, de las que se obtiene la electricidad para la iluminación nocturna, mediante luminarias empotradas continuas en el perímetro del aula y de las oficinas, que convierte al edificio por las noches en faro iluminado en el paisaje del parque.
La propuesta nace de una necesidad pública y de construir un paisaje urbano, para después, desde la construcción y la expresividad de los materiales, atender a aquellos aspectos más sensitivos y sensoriales de la condición material y física del edificio. El contraste entre el panel de hormigón abujardado y tintado negro, en diferentes texturas (estriado, en celosía y liso) del basamento, y el nivel superior, con paños continuos de vidrio sin carpintería y tablas de madera en fachadas y celosías, define la configuración formal del edificio. El proyecto busca dotar del máximo valor de uso y expresividad a la madera de ipe, presente desde el origen del proyecto, y utilizada en el edificio, en tablas de 15 cm. de anchura, que conforman fachadas, celosías y dinteles, pavimentos, paredes y techos, tanto exteriores como interiores, donde, mientras el revestimiento de las zonas públicas es de madera de ipe, son tableros OSB y carpinterías de acero en color negro, de suelo a techo, los que definen el acabado interior de la Unidad de Montes y Áreas Naturales.